Ruta

Llévame. Tráeme

Regrésame a ese lugar que no conozco y del que nunca me fui.

Invéntame una nostalgia al alejarme de allí donde nunca estuve.

Pórtame. Transpórtame.

Transfiéreme de aquí allá como si el boleto tuviese un destino.

Arrúllame con tus motores otra vez, acá estoy pronto para el cemento de tus golpes de nuevo.

Desflora con tu fauna variopinta mi inocencia casi restaurada.

Hazme sentir, como esa vez, que soy el fauno de tu flora.

Quiero otra vez la miel de tu regazo, la hiel de tu rechazo.

Monedas de la misma cara insondable del afecto incansable

que te circula impredecible, incierto.

Esas emociones que a tus pasajeros bañan, y que sólo logran empezar a entender

cuando ya han mutado tanto como el paisaje a tu flancos.

Estírame el tiempo hasta doler o termina demasiado pronto

ese viaje que quise infinito.

Mastícame, deglúteme, digiéreme…

expúlsame reseteado entre mis propios restos.

Pruébame que existo con tu sol.

Contágiame tu escarcha.

Dilúyeme en tus aguaceros.

Piérdeme. Mátame.

 Que de encontrarme y renacer ya me ocupo.